domingo, 8 de noviembre de 2009

Información del telefono

El Teléfono
Ya vimos que el telégrafo es su antecesor, pero aunque el telégrafo eléctrico permitía también descifrar sonidos de una especie de sonador y estos sonidos transmitidos en código Morse permitían ser descifrados luego como letras que se convertían en palabras y frases, era lento así que la posibilidad de enviar las múltiples inflexiones de la voz humana resultaba imposible. El problema principal residía en que no existían aun micrófonos y auriculares, que permitiesen a cualquiera el armar fácilmente un teléfono. Fue necesario que Alexander Graham Bell, un especialista en foniatría -que impulsado por el deseo de investigar aparatos que pudiesen ayudar a los sordos, después de investigar y desarrollar varias patentes telegráficas, se pusiese de lleno manos a la obra, y así después de varios años de intentos fallidos pudiese en 1876 patentar su sistema telefónico o como se lo llamo en aquellos anos: "telégrafo de sonidos", que permitía transmitir y recibir voz humana a distancia.
Un dato curioso es que aunque el primer aparato telefónico útil fue inventado y patentado por Alexander Graham Bell, en los Estados Unidos, el 7 de Marzo de 1876, hubieron varios científicos e inventores que -buscando la misma meta- inventaron aparatos parecidos, pero solo Bell logro patentarlo y convertirlo en algo útil y de uso diario. Aquel mismo día otro inventor, Elisha Gray, hizo una presentación similar, pero el aparato de Bell demostró ser el mejor y se convirtió en un éxito. Ambos, sin embargo, habían culminado un largo proceso en la historia humana que, paradójicamente, tendría un desarrollo vertiginoso a partir de entonces. Si consideramos que la función de la telefonía es hacer audible el sonido, ante todo la palabra hablada, a largas distancias, deberemos recordar como uno de los pioneros a Robert Hook, quien ya en 1667 describía cómo un hilo muy tenso podía transmitir sonido por distancias bastante largas.
Así, cuando tres días después de patentar su teléfono, probaba Bell el transmisor telefónico descrito en la patente junto a su talentoso colaborador Watson. Este ultimo se encontraba en otra habitación del edificio. Bell sin darse cuenta volcó parte del ácido (de una de las baterías que usaban) sobre sus ropas, en ese momento dijo: "Mr. Watson, come here. I want you" (Señor Watson venga aquí, le necesito) Watson, en la otra habitación, escucho claramente en el receptor lo que le decía Bell y bajo corriendo las escaleras, entro en la habitación y le pregunto a Bell que necesitaba... Bell estaba tan emocionado por el éxito del experimento que olvido por completo el incidente con el ácido de las baterías.

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